En la historia de México desde 1821 encontramos a los gringos hasta en la sopa, intrigando, vendiendo armas y municiones a todo mundo en México y con embajadores que solo venían a intrigar y mandar. Victoriano Huerta es el mejor ejemplo de las traiciones que hacen los embajadores gringos, por eso asesinaron a Francisco Ignacio Madero y a su vicepresidente Pino Suarez, atrás de la penitenciaria y, etc. etc.
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